La seguridad en los eventos ha avanzado mucho. Desde el control básico de multitudes con poco más que barreras y fuerza bruta hasta la vigilancia con inteligencia artificial, la forma en que velamos por la seguridad de las personas en los eventos ha evolucionado enormemente y, lamentablemente, a menudo como respuesta a tragedias.
Acompáñenos en este breve repaso de cómo ha cambiado la seguridad en los eventos a lo largo de los años, qué factores la han impulsado y hacia dónde se dirige.
La seguridad en su forma más simple
Si nos remontamos lo suficiente en el tiempo, la seguridad en los eventos se reducía a una sola cosa: evitar que la gente se pelease o irrumpiese en el escenario. Pensemos en los soldados romanos vigilando a las multitudes en el Coliseo, o en la policía local gestionando los concurridos eventos del pueblo y los partidos de fútbol con poco más que un silbato y una mirada severa.
No había mucho en términos de planificación: la seguridad era principalmente reactiva. Si algo salía mal, se solucionaba en el momento.
Los años 60 y 80
Los festivales y las concentraciones masivas se multiplicaron en los años 60 y 70, y quedó claro que para garantizar la seguridad de las personas se necesitaba algo más que unos pocos guardias.
Un punto de inflexión importante fue el concierto de The Who en Cincinnati, Ohio, en 1979. Una avalancha en las puertas provocó la muerte de 11 personas. El suceso conmocionó no solo a todos los implicados, sino también al sector en general, y puso de manifiesto lo peligroso que podía ser un mal control de las multitudes.
Por esa misma época, los estadios de fútbol del Reino Unido se enfrentaban a sus propios problemas, y el de Hillsborough en 1989 marcó un punto álgido devastador. Esa catástrofe provocó grandes cambios en el Reino Unido, como la implantación de estadios con asientos y un control de multitudes más estructurado.
A partir de ahí, empezamos a ver los primeros protocolos de seguridad adecuados y la aparición de funciones de seguridad especializadas.
Años 90 - 2000
En los años 90, los eventos a gran escala se estaban profesionalizando, al igual que la seguridad.
Tras el 11-S, la atención se centró principalmente en la lucha contra el terrorismo. Los controles de bolsos, las restricciones de acceso de vehículos y la vigilancia se convirtieron en la norma en la mayoría de los eventos. Los equipos de seguridad comenzaron a colaborar más estrechamente con la policía y los servicios de emergencia, y se hizo necesario impartir una formación adecuada al personal y a los auxiliares.
La seguridad en los eventos ya no se limitaba a impedir peleas o gestionar colas, sino que se centraba en la gestión de riesgos, la planificación y la prevención.
Años 2010 - Actualidad
La seguridad en eventos modernos es un juego completamente diferente. La tecnología lo ha cambiado todo.
- Las cámaras de CCTV están por todas partes, con equipos que supervisan las imágenes en directo y reaccionan con rapidez.
- Se utilizan drones para escanear grandes áreas en festivales y eventos al aire libre.
- Las pulseras RFID y las entradas digitales ayudan a controlar el número de personas y los puntos de entrada.
- Los sistemas de inteligencia artificial ahora pueden señalar patrones de comportamiento sospechosos.
- Incluso las redes sociales se utilizan para supervisar amenazas o rastrear posibles alteraciones.
La seguridad ahora consiste en adelantarse a los riesgos, no solo en responder a ellos.
El futuro
De cara al futuro, es probable que la seguridad se integre aún más y sea más inteligente:
- Reconocimiento facial para agilizar la entrada y detectar a personas prohibidas
- El análisis predictivo podría ayudar a planificar la dotación de personal o detectar puntos críticos antes de que se conviertan en problemas
- La ciberseguridad también será más importante, ya que los eventos dependen cada vez más de la tecnología conectada
La seguridad en los eventos se ha forjado a lo largo de años de ensayo, error y aprendizaje a base de golpes duros. Cada gran cambio ha surgido a raíz de algún error, pero el sector ha aprendido de esos momentos. Hoy en día, los eventos son más seguros que nunca gracias a una combinación de tecnología, formación y experiencia. Es probable que el futuro esté aún más conectado, pero lo fundamental seguirá siendo lo mismo: una planificación inteligente, la experiencia y contar con buenos profesionales.